Se deduce:
a) Del objeto de la voluntad, que es algo inmaterial por proceder del conocimiento intelectual.
Ahora bien, si el objeto es inmaterial, la facultad también debe serlo.
b) De la raíz de la voluntad, que es el entendimiento, el cual es una facultad espiritual.
La voluntad es por tanto, una potencia inorgánica; es decir, carece de órgano corpóreo, ya que su actividad y su objeto son de orden inmaterial.
Lo que se puede intuir de esto es sencillo: hay cosas que son materiales, orgánicas, y tienen un lugar físico en el cuerpo, otras cosas no son así. Entendimiento es una de ellas, voluntad es otra.
La voluntad no puede ser material, ya que se origina del intelecto y el entendimiento, y en otros temas hemos visto que el entendimiento es una facultad espiritual. Al ser el entendimiento una facultad espiritual, y la voluntad ser derivada de ella, podemos concluir que la voluntad es inmaterial, y que no tiene presencia física dentro del cuerpo humano.
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